El dinosaurio.

ovejas

Hoy queridos lectores, os deseo las muy buenas noches con este micro relato tan fantástico de Augusto Monterroso, para que dejéis volar la imaginación con posibles, hasta que Morfeo os invoque en el sueño.

Y colorín colorado…

 

 

 

«El dinosaurio» de Augusto Monterroso

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Estrategias narrativas.

«EL POZO Y EL PÉNDULO» de Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe es un escritor estadounidense reconocido como uno de los maestros universales del relato corto y especialista en cuentos de terror.  Una de sus muchas creaciones es «El pozo y el péndulo«, un cuento macabro que combina lo gótico y lo psicológico, creando en el lector una sensación de misterio y angustia hasta el final de sus líneas.

Para leer el cuento pincha aquí

dentro de un pozo

El peso de sus palabras cala en la mente del lector, adentrándonos en el horror desde el primer momento en que nos sumergimos en la lectura. Es el miedo, el misterio y esa eterna duda ante la muerte la que crea el entorno perfecto.

La primera imagen que nos evoca hace que el ambiente adquiera un color negro-grisáceo, y los espacios se compriman, haciendo de este un lugar angosto y agobiante. Y todo ello como consecuencia del uso que hace del léxico, el cual posee una gran carga negativa. Podemos observarlo en el uso del adjetivo «agotado», de sustantivos como agoníasentencia de muerte, de verbos como desataron, y un largo etc. Son palabras que denotan cansancio, falta de vitalidad, asfixia, ansiedad, sufrimiento…en el lector, creando por tanto una empatía de este con el personaje protagonista del relato.

Este protagonista, a quien ni siquiera conocemos, por lo que narra y por las condiciones en las que lo narra, nos da a entender su pésimo estado, y nos conquista por la pena. En sus palabras notamos cansancio, dolor y sufrimiento hasta el punto de llegar a perder el conocimiento. Como lectores nos imaginamos sus lamentables condiciones, la debilidad física de este, y por tanto, y a pesar de que es el propio protagonista quien nos relata su historia y sensaciones en primera persona; el lector empieza a padecer y a sentir en su piel y en sus vísceras, todas y cada una de sus emociones, miedos y sufrimientos, como si de una simbiosis se tratase.

Tras una larga agonía que precede al personaje, pero que nosotros desconocemos, el protagonista aparece medio moribundo en un sitio del que no se da ningún detalle. Es entonces cuando el lector es capaz de crear desde ese momento una escena terrorífica para ubicarle, haciendo con el pincel de su imaginación, un lienzo pintado a trazos a través de las palabras del protagonista, y guiado por la mano de sus propias emociones y sensaciones. Es aquí donde antes de desmayarse, y casi entre sueños, somos conocedores de que el protagonista estaba sentenciado a muerte por la Inquisición.

Entonces sumido en terribles pesadillas bajo la idea de sentencia de muerte, rondaban incesantemente por su subconsciente imágenes de sus verdugos. Todas las alucinaciones que tuvo, se disiparon cuando llegó a su cabeza la idea de «descanso en la tumba», y todo se redujo a noche, a silencio, a la nada…pero a una constante lucha interior entre la vida y la muerte. Esta situación que se da en el personaje nos hace nadar en un sin fin de dudas y preguntas: ¿cómo actuaríamos si fuésemos él en ese momento?, ¿en qué pensaríamos si supiéramos que vamos a morir, en cómo lo haríamos, en cómo lo afrontaríamos?, ¿me resignaría o lucharía hasta el final?, ¿tendría miedo?…Y entre todas esos miedos tan humanos como lo es el sufrimiento y la muerte, ese misterio y esa intriga constante sobre cuándo dejara se sufrir, cómo serán las torturas a las que le someten, cuándo puede morir y qué pasará al final; son todas esas preguntas las que hacen que el autor nos tenga enganchados de principio a fin y que inevitablemente se cree esa empatía entre lector-protagonista, por el hecho de imaginarnos en una situación semejante.

Y entre tanto delirio y bagaje mental, en ese abisal estado de vacío, y un sin fin de sensaciones; de repente nota el protagonista nota el latir de su corazón. Todos y cada uno de los diferentes estados y sensaciones que describe llegados a este punto, provocan en el lector una sensación de inestabilidad, de vahído vital, de pesadilla, de no poder escapar de la angustiosa experiencia de ser y no consciente a la vez, una terrible sensación de no ser capaz de dirigir ni los pensamientos, de no saber sobre qué lado de la línea recae más el personaje: si sobre el suspiro de la vida, como si de su renacer se tratase, o si recae más sobre el que será su último aliento y por consiguiente, su muerte.

Tras aquella lucha, observamos al protagonista tumbado, sin ataduras, y con miedo de abrir los ojos por el hecho de no poder ver. Como podemos observar, el autor juega con cosas tan importantes, necesarias y vitales como son los sentidos para crear esa escena tan tenebrosa y favorable de un cuento de terror. No es casual que juegue con nosotros en algo así y nos lleve a situaciones extremas donde nuestros mayores temores humanos y vitales florecen. Aquí somos conscientes del apego que tenemos a los sentidos corporales por el hecho de conectarnos a la vida y hacernos disfrutar de ella, y el miedo que nos crea la incapacidad de contar con ellos, aunque son los sentimientos y no los sentidos los que nos mantienen vivos. Del mismo modo juega con el miedo que tenemos a la muerte, a la oscuridad y la correlación que tiene esta con la ausencia de los sentidos, provocando una gran incertidumbre, pánico y una sensación angustiosa y asfixiante no solo en el protagonista, si no también en el lector. Ante toda esa oscuridad, vemos cómo el personaje haciendo uso de la razón reflexiona en torno a dónde puede estar mientras espera su muerte. Y sin reconocer su habitual celda de Toledo, a tientas y en busca de algo de luz avanza por esta. Tras ello se acuerda de los rumores que corrían sobre los calabozos. Era consciente que su muerte iba a ser amarga, pero lo que le desesperaba era el no saber cuándo se produciría.

Pasaba el tiempo midiendo su calabozo, pero no pudo averiguar la forma que tenía su fría y húmeda cueva. Tras intentar medirla en línea recta, y caerse contra el suelo, fue consciente de que había caído al borde de un pozo circular que olía a setas podridas. Dejó caer en él una piedra y tras chocar con las paredes del pozo, cayó en el agua. Se sintió feliz de salvarse de tal horrible caída, pero tras ello fue consciente que una terrible muerte le esperaría entonces. Retrocediendo hasta la pared por miedo y cobardía se hacía pequeño ante la situación y su imaginación. Entonces encontró pan y un cántaro de agua y tras bebérsela quedó sumido en un profundo sueño. Cuando este se despierta, el protagonista toma conciencia de que había medido mal la habitación, y que su forma no era irregular, sino cuadrada. De modo que el lector se percata del poder que tienen los sentidos, porque cuando carecemos de ellos y nos encontramos sumidos en una oscuridad absoluta, agudizamos el ingenio y la imaginación para suplir dicha ausencia.

El protagonista ha conseguido burlar a la muerte, pero tiene que seguir enfrentándose a nuevos misterios y miedos. Se encontraba atado a una especie de armadura de madera, estando solo libre su cabeza y su brazo izquierdo, y encima de ella un péndulo en forma de cuchilla de modo que atravesase la región de su corazón que moviéndose de un lado a otro caía con el paso del tiempo sobre su cabeza. A su lado había un plato de comida, la cual se comieron unas ratas que salieron de un pozo, dejando tan solo unas migajas.  El autor describe minuciosamente la imaginación del personaje, pues este es capaz de sentir hasta el sonido que produciría el péndulo al rajar sus prendas; describe su sofocada respiración, sus intentos de soltarse, e incluso de parar el péndulo. El autor detiene el tiempo a su antojo y lo llena de descripciones minuciosas y sensoriales para jugar con nosotros, y así aumentar la tensión del relato y provocar :el miedo, la agonía, la angustia, la desesperación e incluso la locura exacta en la que somos plenamente conscientes de que el tiempo pasa, que no hay solución y que el péndulo sigue bajando hacia su pecho con su afilada cuchilla.

Al fin y ante tal situación límite, el personaje recurre a su ingenio, y valiéndose de las ratas decide frotar con los restos de la carne que había en el plato la única cuerda que unía sus extremidades, para que estas saltasen sobre su cuerpo y deshicieran la cuerda. De modo que utiliza a estas como un instrumento de salvación, y aún augurando una situación desagradable, prevalece su lucha ante la vida por encima de la sensación de repulsión.   De nuevo remite una imagen angustiosa, sofocante y repugnante del trajinar de estas sobre su cuerpo:

«Se apretaban moviéndose y se amontonaban incesantemente sobre mí. Sentía que se retorcían sobre mi garganta, que sus fríos hocicos buscaban mis labios»

Su plan fue tal como esperaba y pudo salvarse justo a tiempo, y el péndulo ascendió hacia el techo. La alegría le invadió hasta que fue consciente de que seguía en las manos de los monjes de la Inquisición. Su constante tormento no era otro que a pesar de superar las distintas torturas, estar destinado a morir sin saber cuándo, y esto invadía su mente y le inundaban de miedo. Vemos cómo el autor juega con la prolongación de la agonía para mantener enganchado al lector con el misterio hasta el final, y que una vez más, empaticemos con el personaje en el agotamiento, desorientación, desesperación y espera de la muerte.

Y tras superar la tortura del péndulo, la habitación iba estrechándose poco a poco hasta acabar aplastando al protagonista, mientras las paredes incandescentes de calor quemaban su cuerpo. El protagonista entre llantos lamentaba haber superado los obstáculos y no haberse tirado al pozo. Y como si del despertar de un sueño se tratase, un fuerte sonido de trompetas inundó la habitación, las puertas se echaron hacia atrás y el general Lasalle le agarró del brazo antes de que desfalleciese. Las tropas francesas habían entrado en Toledo y le habían salvado inesperadamente de una terrible muerte. Y es entonces cuando el lector puede suspirar tras tanta presión acumulada entre tanta tortura , angustia, miedo, lucha y en el fondo esperanza de salvación.

Poe se basa firmemente en otras historias de terror anteriores y en los libros de historia publicados en la Inglaterra del momento, relatando los horrores de la Inquisición. El prisionero es salvado finalmente por las tropas francesas del general Antoine-Charles-Louis de Lasalle del primer imperio francés en su toma de Toledo, recurriendo a un hecho verídico para situar la historia dentro de la ficción y hacer que parezca más realista.

Os adjunto un enlace para que naveguéis por las leyendas de Toledo y descubráis la capital de Castilla-la mancha que aún posee misterios, rutas y arquitectura desde sus orígenes, incluida la época de la Inquisición: Pincha aquí

El árbol que no sabía quién era.

524137_473525769341432_696656063_nYa lo decía José Saramago: «¿Y si las
historias para niños fueran de lectura obligatoria para adultos?, ¿seríamos realmente capaces de aprenderlo que desde hace tanto tiempo venimos
enseñando…?

Esta noche, antes de irnos a la cama, os invito a leer y a disfrutar de un cuento breve de sabiduría oriental. Y así tal y como nos recomienda José Saramago, hagamos revivir de nuevo a ese niño que todos llevamos dentro;  para que mediante el disfrute de la lectura, reconectemos  la sabiduría, la magia y el aprendizaje que nos aportan los cuentos, para volar lejos y hasta que nos invoque el sueño.

 

EL ÁRBOL QUE NO SABÍA QUIÉN ERA

 

Había una vez en un lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un jardín esplendoroso con árboles de todo tipo: manzanos, perales, naranjos, grandes rosales,… Todo era alegría en el jardín y todos estaban muy satisfechos y felices. Excepto un árbol que se sentía profundamente triste. Tenía un problema: no daba frutos.

No sé quién soy… -se lamentaba-.
Te falta concentración… -le decía el manzano- Si realmente lo intentas podrás dar unas manzanas buenísimas… ¿Ves qué fácil es? Mira mis ramas…
No le escuches. -exigía el rosal- Es más fácil dar rosas. ¡¡Mira qué bonitas son!!
Desesperado, el árbol intentaba todo lo que le sugerían. Pero como no conseguía ser como los demás, cada vez se sentía más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín un búho, la más sabia de las aves. Al ver la desesperación del árbol exclamó:
No te preocupes. Tu problema no es tan grave… Tu problema es el mismo que el de muchísimos seres sobre la Tierra. No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas. Sé tú mismo. Conócete a ti mismo tal como eres. Para conseguir esto, escucha tu voz interior…
¿Mi voz interior?… ¿Ser yo mismo?… ¿Conocerme?... -se preguntaba el árbol angustiado y desesperado-.
Después de un tiempo de desconcierto y confusión se puso a meditar sobre estos conceptos.
Finalmente un día llego a comprender. Cerró los ojos y los oídos, abrió el corazón, y pudo escuchar su voz interior susurrándole:

«Tú nunca en la vida darás manzanas porque no eres un manzano. Tampoco florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Tú eres un roble. Tu destino es crecer grande y majestuoso, dar nido a las aves, sombra a los viajeros, y belleza al paisaje. Esto es quien eres. ¡Sé quien eres!, ¡sé quien eres!..

Poco a poco el árbol se fue sintiendo cada vez más fuerte y seguro de sí mismo. Se dispuso a ser lo que en el fondo era. Pronto ocupó su espacio y fue respetado por todos.
Solo entonces el jardín fue completamente feliz. Cada cual celebrándose a sí mismo.

¿Qué papel tienen los animales en los cuentos?

Hoy queridos lectores, analizaremos el papel que ocupan los animales en los cuentos. Normalmente estos suelen actuar en él como si fueran humanos, o bien interactúan con ellos. Pero concretamente en el cuento que vamos a tratar hoy, el personaje animal principal, tiene la excepcionalidad de hacer ambas y de una manera un tanto especial .

Os dejo la dirección para que si os interesa, podáis leerlo online y sacar conclusiones por vosotros mismos: http://ayp.unia.es/dmdocuments/narr_fuga_II_doc02b.pdf

 

«Informe para una Academia» de Franz Kafka.

A través de este cuento asistimos a la deplorable historia de un mono que de la mano de la astucia y la inteligencia logra convertirse en criatura humana a base de golpes para poder sobrevivir. Y es este quien llegado a este punto, relata en primera persona y frente a los académicos, su historia, dándoles una lección de lucha e inteligencia superior a la que como especie creían tener, e ironizando y haciendo una crítica social hacia el espíritu ilustrado que sigue la esclavizada e ignorante masa o rebaño occidental.

El cuento sigue una estructura de informe, tal y como anuncia el título, algo anormal e inusual a la hora de contar un cuento, y lo hace otorgando a la historia una  gran verosimilitud, hasta el punto de hacer que el lector se conmueva por lo contado, y que sea incapaz de distinguir el límite entre la ficción y la realidad. Esto podemos verlo por las duras palabras y hechos que acontecen la historia, del mismo modo que inicio de la lectura, dicha idea es reforzada por la coexistencia de palabras como: «Academia» , la cual nos introduce en un mundo de alta cultura; y a su vez al introducir la palabra: «mono», que nos aporta ese punto surrealista y ficcionalizado por parte del autor. Vemos pues en estos contrastes de palabras y sus respectivas realidades, cómo a través de ese simio y de todo un proceso basado en la incultura y la violencia, un simio se convierte en un ser humano.

Es destacable la soledad que le acompañaba en dicho proceso de cambio, pues a pesar de estar rodeado de gente, no solo no estableció ningún tio de amistad con ellos, sino que por el contrario, estaba rodeado de constantes actitudes agresivas hacia él y era sometido bajo las duras manos de los hombres.

Enjaulado, torturado, sometido a maltratos y vejaciones…  Aquellos que querían «formarle», eran tan animales como lo era el simio en su momento, a pesar de las diferentes fisonomías entre las dos especies. Es muy común por tanto, a lo largo de todo el informe, que haya constantes denominaciones de simios en su aspecto más peyorativo hacia los humanos, debido a las actitudes salvajes que estos desempeñaban, o que emplee la ironía con ellos (como cuando dice que en el fondo eran buena gente, cuando tras la ironía se oculta que eran gente sin escrúpulos).

Durante todo el rato que está en su pequeña prisión piensa que no hay salida, y lo único que le mantenía vivo no era la búsqueda de libertad, sino la solución al problema, pues la única libertad que conocía, la conocía bajo la condición de mono y como hombre era evidente que no la encontraría porque los hombres no son conocedores de lo que es, creen conocerla, pero viven sometidos bajo las rejas de la disciplinada sociedad .

De modo que lo que al simio le movía era la supervivencia, y si encontraba esa solución, podría vivir con la máxima serenidad interior. En un determinado momento es consciente que tiene que ganarse a la tripulación del barco. Para ello empezó a observar el comportamiento de los que le rodeaban y «formaban» y decidió imitarles, hasta poder actuar como ellos, poder mimetizarse con ellos y así integrarse y ser aceptado por la masa. A esta la describe como gente basta, que se dedica todo el día a escupir, fumar, beber, y que apenas se hablaban, más bien sólo se lanzaban unos a otros gruñidos. Así pues compara a la tripulación con una manada de simios, a la cual, por su misma condición, le resulta fácil de imitar.

Lo primero que aprende es a escupir, luego a fumar en pipa como un veterano, y finalmente a beber aguardiente. Esto último fue algo que le costó bastante, en comparación a los marineros, para los cuales eso era como beber agua; hasta el punto de provocarle arcadas y tirar la botella. El hombre que le instruía a beber, a consecuencia de ello le quemaba el pelaje, y lo hacía con tal maldad, que le prendía fuego al simio por la parte en la que no llegaban sus manos para poder apagarselo. Pero el simio esto no se lo tenía en cuenta porque era una discusión entre animales.

Un día consigue beberse la botella entera y pronuncia “hola”. Y con este hecho de poder articular un sonido inteligible, y con todas las cosas anteriores, ya tenía oficialmente el informe por el que hacerse pasar por humano, a pesar que él no quisiera ser hombre, si no que expone por tanto, la capacidad de supervivencia llevada a cabo por aprender cualquier cosa y domarnos a golpe de fusta o de necesidad, cuando no nos queda más remedio, para poder escapar. Aceptamos por tanto, y nos domesticamos para poder sobrevivir entre la sociedad:

» Y aprendí, estimados señores. ¡Ah, sí, cuando hay que aprender se aprende; se aprende cuando se trata de encontrar una salida! ¡Se aprende de manera despiadada! Se controla uno a sí mismo con la fusta, flagelándose a la menor debilidad.(…) «

Y desde entonces, fue capaz de dar discursos y ser un hombre más o menos culto aceptado por la masa pero lleno de pesimismo, engaño y hastío que se embriaga con las banalidades humanas para aferrarse a la vida. Pero toda esa cultura, no lo valora como lo hace la academia, si no que es la forma que adoptó para salir de la jaula y poder ser libre, descartando la opción fácil de tirarse por la borda del barco, y con su actuación toma partido en la sociedad para hacer una crítica camuflada a esta, sin que apenas se den cuenta: “Solo hago un informe”…

A través de la ironía muestra grandes temas humanos en el relato y replantea una dura crítica a la sociedad sobre:

  • La libertad frente a la supervivencia.
  • La soberbia del hombre como especie frente a otras especies.
  • El aprendizaje frente al amaestramiento (qué ofrece la sociedad a los que se incorporan de cero).
  • Hace una crítica a la sociedad en torno al concepto de «rebaño» donde para sobrevivir hay que hacer lo que hace la mayoría.
  • Nos muestra una gran paradoja donde plasma que alguien aprende a ser un ser humano a partir de lo inhumano, de palos y de vicios.

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Definiciones de «cuento»

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Hoy en el blog veremos algunas de las definiciones que puede recibir el concepto de «cuento», así como las distintas teorías que adquiere este según distintos autores:
cuento1: Del lat.compŭtus ‘cuenta1‘.
1. m. Narración breve de ficción. 
2. m. Relato, generalmente indiscreto de un suceso. 
3. m. Relación, de palabra por escrito, de un suceso falso de pura invención. 
4. m. cómputo. El cuento de los años. 
5. m. Embuste, engaño. Tener mucho cuento. Vivir del cuento 
6. m. coloq. Chisme o enredo que se cuenta a una persona para ponerla mal con otra. 
7. m.coloq. Quimera, desazón. Ana tiene cuentos con María. 
8. m. coloq.cuento chino(‖ embuste).

 

  • Cristina Peri Rossi: “La metamorfosis del cuento”:

“En la historia (que sabemos escriben los dominadores), el cuento fue un género menor. La literatura estaba construida por cosas grandes, como la poesía, la novela, el ensayo. El cuento era cosa de mujeres, una práctica asociada a una subcultura que tenía que ver con calmar niños de noche, o asustar niños antes de dormir, pero de ambos modos, con seres inferiores en la escala social: niños, viejos y mujeres. En el habla común, por ejemplo, el cuentero corresponde a un delito tipificado por la ley; ser cuentera es degradante, puesto que se asocia con la mentira; andar con cuentos es ir con chismes;parece un cuento cuando algo está reñido con la razón; puro cuento, cuento aparte, cuentear, creerse el cuento, etc., son frases que siempre tienen una connotación negativa, asociada a lo femenino.”

  • Horacio Quiroga: «La retórica del cuento«:

“El cuento, como el poema, representa una experiencia única e irrepetible. El escritor de cuentos contemporáneos no narra sólo el placer de encadenar hechos de una manera más o menos casual, sino para revelar qué hay detrás de ellos; lo significativo no es lo que sucede, sino la manera de sentir, pensar, vivir esos hechos, es decir, su interpretación. El narrador de cuentos está en posesión de una clase de verdad que cobra forma significativa y estética a través de lo narrado. Mientras la novela transcurre en el tiempo, el cuento profundiza en él, o lo inmoviliza, lo suspende para penetrarlo. La función de un relato es agotar, por intensidad, una situación. La de la novela, desarrollar varias situaciones que, al yuxtaponerse, provocan la ilusión del tiempo sucesivo.”

  • W.Kayser:«Interpretación y análisis de la obra literaria.» p.489:

“Cuento es una narración de acontecimientos (psíquicos o físicos) interrelacionados en un conflicto y su resolución, conflicto y resolución que nos hacen meditar en un implícito mensaje sobre el modo de ser del hombre.”

“El cuento vendría a ser una narración breve, en prosa, que por mucho que se apoye en un suceso real, revela siempre la imaginación de un narrador individual. La acción -cuyos agentes son hombres, animales humanizados o cosas animadas- consta de una serie de acontecimientos entretejidos en una trama donde las tensiones y distensiones, graduadas para mantener en suspenso el ánimo del lector, terminan por resolverse en un desenlace estéticamente satisfactorio.”

¿Qué es un cuento?

Queridos lectores:

Considerado un modo con el que iniciar este proyecto sobre la materia del cuento, he creído oportuno compartir con vosotros los siguientes fragmentos tomados de las sabias palabras de Julio Cortázar, autor al que realmente admiro, sacados de sus libros “Aspectos del cuento” y “Del cuento breve y sus alrededores”. Estas reflexiones y otras más que hace, no solo pusieron sentido a aquello que consideraba el género como tal, sino que  sembraron en mí una pequeña pasión por ellos, y a raíz de entonces empecé a disfrutar y analizarlos de una manera completamente distinta a como lo hacía entonces.

Espero que os hagan reflexionar y disfrutar descubriendo parte de la esencia de estos:

  • » Un cuento se mueve en ese plano del hombre donde la vida y la expresión escrita de esa vida libran una batalla fraternal, si se me permite el término; y el resultado de esa batalla es el cuento mismo, una síntesis viviente a la vez que una vida sintetizada, algo así como un temblor de agua dentro de un cristal, una fugacidad en una permanencia. Sólo con imágenes se puede trasmitir esa alquimia secreta que explica la profunda resonancia que un gran cuento tiene entre nosotros, y que explica también por qué hay muchos cuentos verdaderamente grandes.»
  • «Un cuento es significativo cuando quiebra sus propios límites con esa explosión de energía espiritual que ilumina bruscamente algo que va mucho más allá de la pequeña y a veces miserable anécdota que cuenta.»
  • «Todo cuento perdurable es como la semilla donde está durmiendo el árbol gigantesco. Ese árbol crecerá en nosotros, dará su sombra en nuestra memoria.»

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