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Hola queridos lectores, hoy quiero presentaros a un escritor asturiano llamado Jon Bilbao.
Este autor, licenciado en ingeniería de minas y en filología inglesa,nos trae con su obra «Bajo el influjo del cometa» (2010, Premio Tigre Juan y Premio Euskadi de Literatura), el tema de la obsesión en los cuentos. Concretamente analizaremos uno de los ocho que incluye, titulado «Los espías» y resolveremos preguntas como:
- ¿Cómo son “los espías” del relato, qué tipo de personas son, qué vida llevan, qué relación mantienen?
- ¿Qué les mueve a su “espionaje”?
- ¿Por qué razón se hallan tan fascinados por sus vecinos?
- ¿Cómo cambian sus existencias desde la llegada de esta familia al barrio?
- ¿Hasta qué niveles son capaces de llegar en su obsesión?
- ¿Qué esperan obtener a cambio de este constante “espionaje”?
- ¿Por qué crees que huyen, finalmente, los vecinos?
- El final del relato es abierto, pero, ¿qué desenlace imaginas para esta pareja de obsesionados?
Dicho cuento, encarnado en personajes que podrían ser de la vida real, narra los sucesos más cotidianos de cualquier persona. Lo particular es que, en un determinado momento, hay un elemento externo que impulsa a perturbar el ritmo y normalidad de la vida presente y futura de los personajes. Todo ello, cargado de un tinte psicológico en los personajes y escenarios donde se resuelve la trama, siembra en el lector no solo la incertidumbre sobre el desarrollo de los acontecimientos, sino también la sorpresa e incredulidad, pues el autor nos muestra el lado más oscuro de los personajes, y el que podría ser de cualquier persona. Y esa es la verdadera clave del éxito del autor.
El relato como bien hemos anticipado, plantea la vida cotidiana de un matrimonio sin hijos sumido absolutamente por la rutina. Por los detalles que se ofrecen en él, observamos la falta de comunicación que padecen, y las pocas relaciones tanto familiares como sociales que tienen con el que suponemos el entorno de cualquier persona normal (así como familia por parte de ella o de él, vecindario, amigos, aficiones…). Toda esta falta de comunicación y de sociabilización se extrapola por ende a su matrimonio y relación sentimental, haciendo que esté muerto, vacío, simple y consumido por la rutinaria; y ellos, se conviertan en la pura imagen del aburrimiento, en un matrimonio que sigue el patrón clásico en el que la mujer realiza las tareas domésticas (entre las que se encuentra servirle la cena al marido), y este mientras, se refugia en la televisión.
Todo esto da un giro cuando su vecina de enfrente alquila la casa en verano a un matrimonio que tiene dos hijos, y descubren que cada noche, excepto los domingos, leen la Biblia en familia, formando un círculo, lo cual muestra la gran unidad que posee dicha familia y haciendo de contrapunto como modelo familiar respecto a la de los protagonistas. Esta costumbre llama mucho la atención a la mujer, la cual decide contárselo a su marido, y desde entonces movidos por la curiosidad de observar y analizar a los que se convierten en sus nuevos vecinos, nuestros protagonistas se convierten en espías amateur. Así pues, inician una vigilancia que con el tiempo acaba convirtiéndose en obsesiva, y que les perturba y saca de su aburrimiento anodino y rutinario.
El hecho de observar a los vecinos va uniendo cada vez más a los espías, ahora no solo están unidos por un objetivo común que es espiar a la familia, sino que se divierten juntos, e incluso este hecho les une sentimental y sexualmente, hasta el punto de sentirse excitados por la situación. Y es que a pesar de la máxima locura y perturbación mental de los personajes, el hecho en sí del espionaje pone sentido a sus vidas, ya que ellos, que son planos y vulgares como personajes y unidad familiar; existen y existen para la familia a la que observan, gracias al espionaje.
Es precisamente toda esa contraposición de lo que supone la nueva familia y que no son ellos, lo que genera en el matrimonio una fascinación e impacto que no pueden soportar; una mezcla a partes iguales entre lo que supone una ruptura con sus aburridas vidas por el hecho de que ocurre algo diferente en ellas, la envidia de no haber vivido ni sentido jamás el modo de vida que esta familia les descubre (como el hecho de ver la complicidad y unidad familiar o los gestos de cariño que existen en aquel matrimonio y que en sus vidas ni se vislumbran), y sus consiguientes perturbaciones mentales. Y todo ello nos hace plantearnos como personas y como filólogos, si más allá de lo neurótico y psicológico que contiene el texto, este nos hace un guiño para que reflexionemos sobre la influencia de la modernidad sobre la vida y las familias. Si es la televisión y la rutina la que nos hace alejarnos de las personas y nos conduce a vivir por lo que vemos y no por lo que sentimos, tal y como lo que les sucede al matrimonio, que con la excusa del espionaje viven en torno a ellos y gracias a ellos, como si en el fondo odiasen sus insatisfechas vidas actuales y quisieran cambiarlas por aquellas que observan como plenas. O quizás quisieran acercarse a la familia para buscar ese punto débil donde encontrar que en algún momento, y al igual que ellos, también habían caído en el aburrimiento de la rutina; para encontrar ese punto que les hiciera sentirse aceptados por la sociedad, aceptados por la familia, y en el fondo, para sentirse mejor con ellos mismos, al ver que no son los únicos que tienen una existencia aburrida y vacía.
Con el tiempo el matrimonio entabló una amistad relativa con la familia, de modo que salían juntos frecuentemente, se veían a diario, etc, pero lo que nunca llegaron a compartir, ni siquiera a mencionar con el matrimonio, fueron los momentos de reunión en torno a la Biblia, y eso junto a que no les invitaran a entrar en su casa, molestaba profundamente al matrimonio. Este solo sabía divertirse y entretenerse cuando tenían en el punto de mira a la familia, si estos faltaban, su vida volvía la normalidad de antes y su consiguiente aburrimiento vital:
“Había un momento de la semana en el que, en especial, se sentían excluidos de la vida de sus vecinos: los domingos por la mañana, cuando estos iban a misa. En tales ocasiones el hombre y la mujer se quedaban hasta tarde en la cama y mataban el tiempo como buenamente podían.”
Este interés en espiar la vida de sus vecinos con el tiempo empieza a ser preocupante según avanza el relato, y en un determinado momento, el marido decide que tiene que espiarlos más cerca,y se cuela en el jardín del matrimonio. La mujer sintió nerviosismo no solo por si pillaban a su marido, sino porque ve a otro extraño que observaba a la familia y sentía celos de que el desconocido disfrutase de una visión que era solo suya. Finalmente decide intervenir para despistar a la familia.El hombre se escondió en la antigua caseta del perro de la propietaria de la casa, y olvidando que era alérgico al pelo de perro regresó a su casa lleno de ronchas. Lejos de arrepentirse o replantearse lo lejos que estaba llegando la misión de espionaje, se felicitan por el trabajo realizado y por la distracción y después de duchar al marido, cuidarle y ponerle crema, hacen el amor. Eran un equipo unido y la sesión de espionaje y la adrenalina sentida durante todo el día les excitó.
También observamos la obsesión que sentía la pareja por el espionaje de la familia cuando deciden comprarse unos prismáticos para ampliar la vigilancia, reponiéndose de palomitas y comida para disfrutar del espectáculo. O cuando llegan a plantearse comprar una Biblia para imitar a sus vecinos, idea que quedó solo en eso. Pero, sin duda, el momento más obsesivo del espionaje es cuando el hombre del matrimonio persigue consecutivamente a la hija de los vecinos, hasta el punto de vigilar cómo esta mantiene relaciones sexuales con su novio y la mujer espía observar cómo su marido les observaba. Esa noche cuando el matrimonio mantiene relaciones sexuales, la mujer intenta imitar los movimientos que realizaba la niña en el acto. El matrimonio estaba llevando tan lejos sus sesiones de espionaje que dejaron de ser un equipo para comenzar a trabajar por su cuenta, decidiendo no compartir esos momentos el uno con el otro, sino para sí mismos. Estaban tan perturbados que de un modo totalmente normal, se perdonaban sus locuras.
Finalmente los vecinos se marchan a escondidas, y el matrimonio decide acudir a buscarlos para no volver a caer en el aburrimiento.
7. ¿Por qué crees que huyen, finalmente, los vecinos?
Es posible que precipitasen el fin de las vacaciones al darse cuenta de que estaban siendo espiados. Los niños, habían visto al matrimonio observándoles (el niño vio al hombre en el jardín el día que se escondió en la caseta del perro y la niña vio al vecino siguiéndola cuando iba al supermercado), y probablemente se lo dijeran a los padres. Y por ese motivo, al conocer la obsesión que tenían con su familia, una noche decidieron no salier con los vecinos, fingiendo la madre de la familia de padecer migrañas y yéndose poco después sin despedirse.
8. El final del relato es abierto, pero, ¿qué desenlace imaginas para esta pareja de obsesionados?
Al no poder encontrar a la familia, volvieron a su casa y hablaron sobre qué podían hacer para poder encontrarlos. Decidieron entrar en la casa buscando alguna pista que les llevase hasta su destino. La búsqueda duró una semana y no había rastro de los vecinos, habían dejado todo bien atado para que no volvieran a saber de ellos.
Al poco tiempo regresó la dueña de la casa, y decidieron preguntarle por la familia vecina de verano. La dueña, que había sido advertida por los inquilinos, y la cual nunca había tenido relación con los vecinos, decidió mentirles sobre su destino.
El matrimonio decidió hacer las maletas e ir en su búsqueda, pero al llegar a la dirección indicada se encontraron con otra familia totalmente diferente; la vieja les había mentido. Así que llenos de ira, decidieron hacer un plan de venganza. La obsesión por esta familia estaba llegando demasiado lejos… Habían decidido hacerse amigos de la vieja y ganársela, la señora estaba sola en la vida, sin hijos, ni familia, sólo tenía a su viejo perro y su casa; de modo que su intención era que les dejase en herencia la casa. En tan solo dos años lo consiguieron…Y esa misma noche en la que la vieja les comunicó su deseo de que se quedaran con la casa, el matrimonio entró en la casa, y sin dejar rastro, ni huellas, mataron a la señora con una sobredosis de patillas. La policía no encontró testimonios y cerraron el caso justificando que se quitó la vida por ausencia de motivos por los que seguir viviendo dada su soledad vital.
Ya eran propietarios de la casa de enfrente. Y entonces frotándose las manos, el matrimonio alquiló el piso a una nueva familia a la que poder espiar….