«La ruleta rusa» J. Bonilla.

Hola queridos lectores:

Hoy nuestro trabajo semanal consiste en elaborar un cómic a partir de un cuento que trata con cinismo y crítica social, el tema de la muerte. Se trata de la obra de J.Bonilla titulada «La Ruleta de la Suerte», y os invito a que leáis primero la historia, que no tiene desperdicio, y a continuación disfrutéis con el cómic que he elaborado a partir de este.

Aquí os dejo el enlace para acceder al cuento, solo tenéis que pinchar sobre él: Cuento «La Ruleta de la Suerte» de J.Bonilla.

¡¡Feliz semana a todos!!

 

SCAN0147

1. Isabelo Galván es el héroe del país. Lleva doce semanas seguidas ganando el concurso de televisión de más audiencia: «La ruleta rusa». Tiene 45 años y es un hombre de escasa estatura, corto en palabras, tímido, infantil y, naturalmente soltero, como casi todos los que participan.

Viñeta 1

2.Trabajaba en una librería como dependiente antes de ganar 65 millones en el concurso, y dejar 53 cadáveres por el camino. A cada concursante se le asigna un millón solo por concursar, y como no les permiten retirarse antes de las cinco primeras rondas, cada vez que un concursante se dispara, su millón pertenece al resto.

Viñeta 2

3.La primera semana que participó Isabelo, al verle que le pasaba el arma el compañero anterior al que no le había estallado, dije: «Este va a ser el primero en caer hoy»…Y ya lleva trece programas ganados.

Viñeta 3

4. Margot, la presentadora, introduce la bala en el revólver y le da varias vueltas para desapercibir el proyectil, y entonces pasa la pistola al primero de los seis concursantes. Y allí está Isabelo Galván, sin mover una ceja, esperando que le toque el turno de dispararse.

Viñeta 4

5. En las entrevistas asegura escuchar la pistola, que ensaya en su casa y nunca ha fallado. Reconoce cambiarlo todo por no tener miedo de tirarse en paracaídas… Supongo que para ir a La Ruleta Rusa hay que estar muy desesperado; ser un suicida en potencia.

Viñeta 5

6. Entre los concursantes hay de todo… Cada vez que muere uno, el público se divide entre los que abuchean al perdedor y los que lo ovacionan como homenaje. Tras ello, se da paso a la publicidad, donde una compañía de seguros anuncia a un perro vagabundo que levanta la pata y mea a unas monjas que estaban sentadas en un parque.

Viñeta 6

7. Sesenta y cinco millones lleva ganados Isabelo, y a mí se me acaba el subsidio dentro de dos meses, y Lidia, mi novia, harta de limpiar escaleras en una escuela de las afueras, viene siempre cansada, apática y a veces hasta intratable. Entre subsidio y suicidio no hay demasiadas letras de diferencia…pero no me atrevería a participar.

Viñeta 7

8. Lidia se ha puesto el chándal azul, y yo me voy a una silla para que se tumbe en el sofá. Se abre otra lata de cerveza y dice: » Voy a escribir a La Ruleta Rusa». La miro entre decepcionado y asombrado. Lo ha dicho muy en serio y sé que lo hará, no se si para ganar algo de dinero o para acabar con esta comedia de vida.

Viñeta 8

9. De repente oigo gritos, una sola voz que se levanta en la ciudad: un concursante durante la publicidad pidió a Margot la pistola para comprobarla y este le abrió la cabeza a Isabelo. Le redujeron al instante y en ese momento devolvieron la conexión. Nadie podía explicárselo. Yo apagué el televisor, no quería ver quién heredaba el cetro de Isabelo Galván, el héroe del país.

Viñeta 9

10. Han matado a Isabelo Galván… Todos los medios están difundiendo la noticia y proponen un par de días de luto nacional por ello. Mañana saldrá su esquela en los periódicos, y la guardare…guardo todo sobre él en una carpeta de recortes.

Viñeta 10

«Los espías» de Jon Bilbao.

 

espia

Hola queridos lectores, hoy quiero presentaros a un escritor asturiano llamado Jon Bilbao.

Este autor, licenciado en ingeniería de minas y en filología inglesa,nos trae con su obra «Bajo el influjo del cometa» (2010, Premio Tigre Juan y Premio Euskadi de Literatura), el tema de la obsesión en los cuentos. Concretamente analizaremos uno de los ocho que incluye, titulado «Los espías» y resolveremos preguntas como:

  1. ¿Cómo son “los espías” del relato, qué tipo de personas son, qué vida llevan, qué relación mantienen?
  2. ¿Qué les mueve a su “espionaje”?
  3. ¿Por qué razón se hallan tan fascinados por sus vecinos?
  4. ¿Cómo cambian sus existencias desde la llegada de esta familia al barrio?
  5. ¿Hasta qué niveles son capaces de llegar en su obsesión?
  6. ¿Qué esperan obtener a cambio de este constante “espionaje”? 
  7. ¿Por qué crees que huyen, finalmente, los vecinos?
  8. El final del relato es abierto, pero, ¿qué desenlace imaginas para esta pareja de obsesionados?

Dicho cuento, encarnado en personajes que podrían ser de la vida real, narra los sucesos más cotidianos de cualquier persona. Lo particular es que, en un determinado momento, hay un elemento externo que impulsa a perturbar el ritmo y normalidad de la vida presente y futura de los personajes. Todo ello, cargado de un tinte psicológico en los personajes y escenarios donde se resuelve la trama, siembra en el lector no solo la incertidumbre sobre el desarrollo de los acontecimientos, sino también la sorpresa e incredulidad, pues el autor nos muestra el lado más oscuro de los personajes, y el que podría ser de cualquier persona. Y esa es la verdadera clave del éxito del autor.

El relato como bien hemos anticipado, plantea la vida cotidiana de un matrimonio sin hijos sumido absolutamente por la rutina. Por los detalles que se ofrecen en él, observamos la falta de comunicación que padecen, y las pocas relaciones tanto familiares como sociales que tienen con el que suponemos el entorno de cualquier persona normal (así como familia por parte de ella o de él, vecindario, amigos, aficiones…). Toda esta falta de comunicación y de sociabilización se extrapola por ende a su matrimonio y relación sentimental, haciendo que esté muerto, vacío, simple y consumido por la rutinaria; y ellos, se conviertan en la pura imagen del aburrimiento, en un matrimonio que sigue el patrón clásico en el que la mujer realiza las tareas domésticas (entre las que se encuentra servirle la cena al marido), y este mientras, se refugia en la televisión.

Todo esto da un giro cuando su vecina de enfrente alquila la casa en verano a un matrimonio que tiene dos hijos, y descubren que cada noche, excepto los domingos, leen la Biblia en familia, formando un círculo, lo cual muestra la gran unidad que posee dicha familia y haciendo de contrapunto como modelo familiar respecto a la de los protagonistas. Esta costumbre llama mucho la atención a la mujer, la cual decide contárselo a su marido, y desde entonces movidos por la curiosidad de observar y analizar a los que se convierten en sus nuevos vecinos, nuestros protagonistas se convierten en espías amateur. Así pues, inician una vigilancia que con el tiempo acaba convirtiéndose en obsesiva, y que les perturba y saca de su aburrimiento anodino y rutinario.

El hecho de observar a los vecinos va uniendo cada vez más a los espías, ahora no solo están unidos por un objetivo común que es espiar a la familia, sino que se divierten juntos, e incluso este hecho les une sentimental y sexualmente,  hasta el punto de sentirse excitados por la situación. Y es que a pesar de la máxima locura y perturbación mental de los personajes, el hecho en sí del espionaje pone sentido a sus vidas, ya que ellos, que son planos y vulgares como personajes y unidad familiar; existen y existen para la familia a la que observan, gracias al espionaje.

Es precisamente toda esa contraposición de lo que supone la nueva familia y que no son ellos, lo que genera en el matrimonio una fascinación e impacto que no pueden soportar; una mezcla a partes iguales entre lo que supone una ruptura con sus aburridas vidas por el hecho de que ocurre algo diferente en ellas, la envidia de no haber vivido ni sentido jamás el modo de vida que esta familia les descubre (como el hecho de ver la complicidad y unidad familiar o los gestos de cariño que existen en aquel matrimonio y que en sus vidas ni se vislumbran), y sus consiguientes perturbaciones mentales. Y todo ello nos hace plantearnos como personas y como filólogos, si más allá de lo neurótico y psicológico que contiene el texto, este nos hace un guiño para que reflexionemos sobre la influencia de la modernidad sobre la vida y las familias. Si es la televisión y la rutina la que nos hace alejarnos de las personas y nos conduce a vivir por lo que vemos y no por lo que sentimos, tal y como lo que les sucede al matrimonio, que con la excusa del espionaje viven en torno a ellos y gracias a ellos, como si en el fondo odiasen sus insatisfechas vidas actuales y quisieran cambiarlas por aquellas que observan como plenas. O quizás quisieran acercarse a la familia para buscar ese punto débil donde encontrar que en algún momento, y al igual que ellos, también habían caído en el aburrimiento de la rutina; para encontrar ese punto que les hiciera sentirse aceptados por la sociedad, aceptados por la familia, y en el fondo, para sentirse mejor con ellos mismos, al ver que no son los únicos que tienen una existencia  aburrida y vacía.

Con el tiempo el matrimonio entabló una amistad relativa con la familia, de modo que salían juntos frecuentemente, se veían a diario, etc, pero lo que nunca llegaron a compartir, ni siquiera a mencionar con el matrimonio, fueron los momentos de reunión en torno a la Biblia, y eso junto a que no les invitaran a entrar en su casa, molestaba profundamente al matrimonio. Este solo sabía divertirse y entretenerse cuando tenían en el punto de mira a la familia, si estos faltaban, su vida volvía la normalidad de antes y su consiguiente aburrimiento vital:

“Había un momento de la semana en el que, en especial, se sentían excluidos de la vida de sus vecinos: los domingos por la mañana, cuando estos iban a misa. En tales ocasiones el hombre y la mujer se quedaban hasta tarde en la cama y mataban el tiempo como buenamente podían.”

Este interés en espiar la vida de sus vecinos con el tiempo empieza a ser preocupante según avanza el relato, y en un determinado momento, el marido decide que tiene que espiarlos más cerca,y se cuela en el jardín del matrimonio.  La mujer sintió nerviosismo no solo por si pillaban a su marido, sino porque ve a otro extraño que observaba a la familia y sentía celos de que el desconocido disfrutase de una visión que era solo suya. Finalmente  decide intervenir para despistar a la familia.El hombre se escondió en la antigua caseta del perro de la propietaria de la casa, y olvidando que era alérgico al pelo de perro regresó a su casa lleno de ronchas. Lejos de arrepentirse o replantearse lo lejos que estaba llegando la misión de espionaje, se felicitan por el trabajo realizado y por la distracción y después de duchar al marido, cuidarle y ponerle crema, hacen el amor. Eran un equipo unido y la sesión de espionaje y la adrenalina sentida durante todo el día les excitó.

También observamos la obsesión que sentía la pareja por el espionaje de la familia cuando deciden comprarse unos prismáticos para ampliar la vigilancia, reponiéndose de palomitas y comida para disfrutar del espectáculo. O cuando llegan a plantearse comprar una Biblia para imitar a sus vecinos, idea que quedó solo en eso. Pero, sin duda, el momento más obsesivo del espionaje es cuando el hombre del matrimonio persigue consecutivamente a la hija de los vecinos, hasta el punto de vigilar cómo esta mantiene relaciones sexuales con su novio y la mujer espía observar cómo su marido les observaba. Esa noche cuando el matrimonio mantiene relaciones sexuales, la mujer intenta imitar los movimientos que realizaba la niña en el acto. El matrimonio estaba llevando tan lejos sus sesiones de espionaje que dejaron de ser un equipo para comenzar a trabajar por su cuenta, decidiendo no compartir esos momentos el uno con el otro, sino para sí mismos. Estaban tan perturbados que de un modo totalmente normal, se perdonaban sus locuras.

Finalmente los vecinos se marchan a escondidas, y el matrimonio decide acudir a buscarlos para no volver a caer en el aburrimiento.

7. ¿Por qué crees que huyen, finalmente, los vecinos?

Es posible que precipitasen el fin de las vacaciones al darse cuenta de que estaban siendo espiados. Los niños, habían visto al matrimonio observándoles (el niño vio al hombre en el jardín el día que se escondió en la caseta del perro y la niña vio al vecino siguiéndola cuando iba al supermercado), y probablemente se lo dijeran a los padres. Y por ese motivo, al conocer la obsesión que tenían con su familia, una noche decidieron no salier con los vecinos, fingiendo la madre de la familia de padecer migrañas y yéndose poco después sin despedirse.

8. El final del relato es abierto, pero, ¿qué desenlace imaginas para esta pareja de obsesionados?

Al no poder encontrar a la familia, volvieron a su casa y hablaron sobre qué podían hacer para poder encontrarlos. Decidieron entrar en la casa buscando alguna pista que les llevase hasta su destino. La búsqueda duró una semana y no había rastro de los vecinos, habían dejado todo bien atado para que no volvieran a saber de ellos.

Al poco tiempo regresó la dueña de la casa, y decidieron preguntarle por la familia vecina de verano. La dueña, que había sido advertida por los inquilinos, y la cual nunca había tenido relación con los vecinos, decidió mentirles sobre su destino.

El matrimonio decidió hacer las maletas e ir en su búsqueda, pero al llegar a la dirección indicada se encontraron con otra familia totalmente diferente; la vieja les había mentido. Así que llenos de ira, decidieron hacer un plan de venganza. La obsesión por esta familia estaba llegando demasiado lejos… Habían decidido hacerse amigos de la vieja y ganársela, la señora estaba sola en la vida, sin hijos, ni familia, sólo tenía a su viejo perro y su casa; de modo que su intención era que les dejase en herencia la casa. En tan solo dos años lo consiguieron…Y esa misma noche en la que la vieja les comunicó su deseo de que se quedaran con la casa, el matrimonio entró en la casa, y sin dejar rastro, ni huellas, mataron a la señora con una sobredosis de patillas. La policía no encontró testimonios y cerraron el caso justificando que se quitó la vida por ausencia de motivos por los que seguir viviendo dada su soledad vital.

Ya eran propietarios de la casa de enfrente. Y entonces frotándose las manos, el matrimonio alquiló el piso a una nueva familia a la que poder espiar….

El papel de los niños en los cuentos.

Hola queridos lectores. Siguiendo la dinámica de los cuentos, hoy el blog dirige su mirada hacia hacia los cuentos cuyos protagonistas son los niños. Estos representan en este tipo de relatos la pureza y la bondad, siendo ajenos a un mundo adulto de peligros y crueldades que choca con la personalidad de estos. Esta fragilidad e indefensión de los niños ha sido muy bien reflejada en la literatura y muchos de los cuentos toman como chivo expiatorio la figura de estos niños para hacer que el relato adquiera una dimensión de denuncia social.

Hay una generación de autores que viven durante la guerra civil y que ven en el cuento esa posibilidad de plasmar y hacer una crítica de la sociedad de la época. Se da a conocer a finales de los años 40, años difíciles por la censura franquista y la miseria del país en todos los sentidos.

Como decía Edgar Allan Poe “El objetivo del cuento es la verdad”, y pocas veces es esto tan cierto como lo es con esta generación. Esta fue llamada Generación del medio siglo o de los niños de la guerra. Ellos no son ni vencedores ni vencidos, porque eran pequeños mientras se desarrollaba la guerra.

Los lectores del momento verían muy bien reflejada su vida cotidiana en estos relatos de hondo realismo y a través de ellos perciben una critica social hacia el franquismo. Nos presenta el presente histórico a través de personajes humildes de las capas más bajas de la sociedad, y por supuesto niños, porque no puede haber algo más débil ante un sistema devorador, como es un niño. A través de ello, nos apela más y la denuncia se hace más intensa.

En ellos hay una voluntad ética y de compromiso, así como un interés en el vocabulario, o interés de plasmar personajes que presentan una gran pasividad a la hora de denunciar y no lo hacen. Asimismo hay un interés de captar como una foto la realidad para que quede testimonio de lo que se vivió.

Estos cuentos funcionan como una figura retórica de la metonimia: nos presenta una parte, la vida de unos personajes dentro de la realidad histórica de la posguerra española, haciéndonos un mosaico; una parte dentro de un todo.

Hay una cosa característica que es dejar el final abierto, dejando en los lectores un gusto de melancolía, de pena…o de todo lo contrario, el autor nos deja una llave a la puerta de la esperanza. Por lo tanto, estos relatos nos exigen no quedarnos pasivos, y continuar cavilando o sintiendo, apelando y no dejándonos indiferentes, manipulando nuestras emociones y capacidad de crítica porque el futuro está por escribir. Asimismo, si hay final abierto, es que todavía está sucediendo o puede volver a suceder. En ese sentido nos hace ser comprometidos, porque si no nos gusta lo que sucede, nos deja ser partícipes de ello y cambiarlo.

Todo esto podemos observarlo en J. Fernandez Santos, entre otros muchos autores de la época, y concretamente en su obra titulada «Cabeza Rapada». (Os adjunto el texto para que lo leáis: Para leer el texto haz click aquí. )

El trabajo de hoy consistirá en imaginar la vida adulta del niño que protagoniza el relato, así que allá vamos:

-No te vas a morir, no te mueres…

Se estaba muriendo…,pero no podía decírselo. Me limité a secar sus lágrimas y le prometí que todo saldría bien.  

– Monta, te llevaré a caballito a esa dirección que nos dio el doctor. 

-Pero no tenemos dinero.

-No te preocupes. Algo se me ocurrirá.

Le costó sudores subirse a mi espalda, sus dolores de costado iban en aumento y poco a poco se iba apagando de agotamiento. Yo le apretaba fuerte las manos, quizás para transmitirle mis fuerzas, mi apoyo, o quizás para que se aferrase a la vida. 

Con el corazón encogido y los nervios a flor de piel, inicié lo más rápido que pude, la ruta hacia la dirección que indicaba el papel. Entre tanto, mientras iba preguntando a la gente para que me dieran un atisbo de luz sobre si íbamos en la dirección correcta o no, le hablaba, le miraba de reojo asegurándome de que seguía vivo. 

Y llegamos al destino. Miré el cartel de la dirección y después el papel, corroborando y casi sin creérmelo, que finalmente habíamos conseguido llegar. Una preciosa y enorme casa nos daba la bienvenida. Aunque con el natural deterioro de una posguerra, aún conservaba su anterior esencia, y casi pude visualizar la felicidad que en sus jardines e interiores había. 

-Y ¿ahora que? Dijo una leve voz a mis espaldas rompiendo mi mundo interior.  

Su pregunta me hizo volver a la realidad y recordar que esa pequeña vida que dependía de mí. 

Entonces pude observar en la acera de enfrente de la casa, los restos de una pequeño banco en funcionamiento, y se me ocurrió un plan. En un rincón del jardín de la casa y entre matorrales para que no sintiera frío le dejé tendido. Crucé a la acera de enfrente y me dispuse a atracarlo para conseguir el dinero suficiente que nos conllevase la consulta. Pero cuando entré y llegó mi turno empecé a temblar, mis ojos apenas enfocaban con nitidez a la banquera que me iba a atender; los nervios y el cansancio junto con los tres días que llevaba sin comer me pasaban factura formando un cóctel molotov, y entonces…me desmayé. Al abrir los ojos vi un círculo de gente entorno a mí, no era consciente de qué había pasado, y se me echó un nudo en la garganta que me hizo romper a llorar. No podía más…mi plan había fallado, y con ello también fallé a mi amigo. Me desahogué entre sollozos con la joven banquera que me iba a despachar con anterioridad, y secándome las lágrimas me acompañó hasta la casa de enfrente.

Entre los dos cogimos al pequeño, y las limpias y cuidadas manos de la chica llamaron al timbre. 

Un hombre con bata blanca nos recibió y sentó en un sofá del hall. Tras unas palabras con la muchacha, un despliegue de equipo médico corrió a nuestra ayuda, y en camillas fabricadas con telas y palos de hierro, nos subieron a la primera planta para alojarnos en distintas camas de en una misma habitación. Miraba a mi lado y allí estaba esa cabecita rapada, echo un harapo y sin aliento para hablar.

Nos encontrábamos en una casa, con su decoración habitual de casa, pero habilitada con aparatos médicos.

En cuanto entrase el doctor tenía que hablar con él y decirle que en realidad no teníamos dinero para pagarle. Me iba mentalizando para que nos echasen de allí como si fuésemos perros callejeros..y entonces tendría que hacerme a la idea de que mi amigo iba a morir, y que poco después posiblemente lo haría yo. Y entre tanto pensamiento, el agotamiento me pudo y me dormí. 

Cuando desperté el médico estaba cambiándome el suero, y entre el sopor, balbuceando pude preguntarle por mi amigo y confesarle que no me había dado tiempo a decirle que no teníamos dinero para pagarle y que entendía que nos echase o estuviéramos en deuda con él. No se si lo soñé, pero no pude oír su contestación porque de repente dejé de oír y volví a sumirme en un profundo sueño.

Cuando me desperté era de noche, y con el suficiente aliento como para poder tenerme en pie, vi como en la camilla de al lado se asomaba entre las sábanas una cabecita que descansaba como hacía tiempo que no lo hacía.

Tras ello bajé al hall y me dispuse a ir en busca del médico. Y entonces para sorpresa mía, la banquera que nos auxilió por la mañana se encontraba con bata atendiendo a unos ancianos. Al ver mi cara de asombro y aturdimiento se acercó a mi y me preguntó cómo nos encontrábamos. No entendía que hacía ahí…¿seguía soñando?. Me froté los ojos para intentar despertar. La joven muchacha me invitó a un té y me contó que su padre era médico y que desde que su madre falleció decidieron hacer honor a ella formando un hospital casero, de modo que por las mañanas trabajaba en el banco y por las tardes/noche ayudaba a su padre. Creí oportuno comentarle que agradecía lo que habían hecho por nosotros pero que salvo ayuda física, no podía pagárselo de otro modo. La chica esbozó una leve sonrisa y me dijo que cuando nos recuperásemos hablaríamos, pero que hasta entonces no nos preocupásemos por ello. 

Tras ese té, subí al cuarto deseando contárselo a mi amigo, pero cuando llegué la cama se encontraba vacía. La enfermera me miró y sin cruzar una sola palabra conmigo, asintió con los ojos encharcados. Yo lo entendí. Se había ido…y ahora descansaba de verdad. Un frío vacío recorrió mi cuerpo, e inmediatamente las lágrimas salían de mis ojos sin poder siquiera pararlas.

Ahora sí lo tenía claro…en memoria de mi amigo tenía que quedarme allí, con su espíritu volando por aquella casa, para ayudar a los que lo necesitaban en aquella fría e inhumana posguerra que estaba viviendo el país.

mafalda_4161

Continuidad de los parques.

Buenas noches a todos. Hoy para daros un empujón para sobrellevar la semana, quisiera cambiar un poco la dinámica del blog y hacer algo distinto, pero disfrutando una vez más de los cuentos.

En sus orígenes el cuento era una tradición que pasaba de generación en generación de manera oral. Con el tiempo y tras la llegada de la escritura este concepto cambió y se fue introduciendo cada vez más, hasta el punto de apenas usarse la oralidad.  Aprovechando la llegada de las tecnologías, quiero acercaros a un concepto «relativamente nuevo» del siglo XX-XXI de compartir la literatura, y en este caso concreto, del cuento, que mezcla oralidad y textualidad.

El cuento se titula «Continuidad de los parques» de Julio Cortázar, y manteniendo la dinámica del misterio y el terror relata en su propia voz su creación, acompañado de unas ilustraciones adaptadas que complementan el texto.

Os adjunto el enlace. Espero que disfrutéis de ello:  Continuidad de los parques

Asimismo, para quienes prefiráis leerlo, os adjunto el documento: 10.2 Julio Cortazar- Continuidad de los parques